Lugar especial, si no es por sus cerros coloridos, es por la gente y sino por el polvo. Pero de alguna forma se hace sentir. Nos enteramos que ya "atrapo" a bastante gente que estaba de paso, al mejor estilo Florianópolis (jiji). Una vez entrados en Bolivia se nota que estan una al lado de la otra, compartiendo esta cualidad de "pequeña y llena de rincones mágicos".
La Garganta del Diablo fuimos dos veces, una en auto otra a pie. Para llegar aqui hay que subir el cerro de donde se puede ver la quebrada de humahuaca producida por la erosión del Río Guasamallo, se siente el apunamiento al subir pero es tan impactante la vista que esta todo bien.

El camino con el auto (rectificado!!!)
En la cima se paga una pequeña entrada y se puede conocer la garganta del diablo. Solo subir ya vale la pena.
En lo alto todo es fuerte, el viento, el sol, la tontura por la altura, por eso solo algunas plantitas sobreviven, lo que mas se ve son peidras, y de animales se ve las cabras escalando y comiendo.
Tilcara a pie de los cerros.
Esta especie que ven aquí, no son cabras!! bueno, una sí.
La susodicha garganta, increíble ver agua fluyendo en un lugar tan seco.