quinta-feira, 24 de março de 2011

Entrando en Bolivia

Entramos a Bolivia sabiendo que podíamos participar de una fiesta electrónica en la selva boliviana, en un castillo, haciendo intervenciones de circo. Oportunidad que conseguimos al contactarla a Claudia que vive en La Paz, que es una conocida de un pariente de la familia de Terra. Esto sería el 31 de octubre, festejando el día de los muertos.
Por lo tanto entramos por Villazón y apenas se pasa la frontera se siente el cambio de cultura. De todo vendiéndose en la calle, muchas cholas cargando sus bebés en la espalda, la policía hablando quechua entre ellos y por un dólar te dan 7 pesos Bolivianos.
No hay señalizaciones de tránsito así que preguntamos a una mujer por dónde seguía la ruta y le dimos para adelante. Por fin íbamos a develar el misterio de saber en qué estado se encuentra las rutas de Bolivia, y si nuestro super autito iba aguantar.
 Ruta de tierra, como lo suponíamos, lo que no sabíamos es que la estaban reformando, así que a cada rato había desvíos porque la asfaltan por trechos, entonces queda: un pedazo de tierra, un pedazo de asfalto, un pedazo de tierra, un pedazo de asfalto… y el detalle es que todos los desvíos te llevan bien lejos y el camino esta horrible para el auto, pero la parte que es ruta oficial el camino es en buenas condiciones, tal como nos habían dicho. 


Pasamos por lugares increíbles, hay pueblos de dos cuadras o sea una grupo de gente. Todo es de tierra; por empezar el polvo en el aire, los ladrillos de las casas, y el color de la piel de la gente. Se ve a las cholas cargando leña, animales sueltos como chancho; cabra; burros; niños que se asoman, despeinados con la carita redonda y seca. Vegetación de desierto con arbustos. Nosotros éramos una especie de extraterrestres con nuestro vehículo a motor y caritas blancas sacando fotos.  



Nenhum comentário:

Postar um comentário