Desde La Paz: Huaina Potosí

Huaina Potosí:

Alrededor de la capital hay varios picos de nieve, desde el centro se ve el Illimani con 6402 mts de altura. El Condoriri  y nosotros fuimos al Huayna Potosí con 6088 mts. de altura.

Para ir hubo que tomar un colectivo desde El Alto, a las 5 de la mañana porque ese era el único que salía llevando a la gente que vive pasando la montaña, en el valle del Zongo. Subir una montaña es una aventura, pero en Bolivia la aventura empieza desde que querés comprar el boleto para tener asiento en el colectivo.

En nuestro primer intento de ir a la montaña, llegamos al alto a las diez de la mañana y demoramos como una hora hasta encontrar a la persona que vendía los boletos. Es que le pasamos cerca varias veces hasta que nos dimos cuenta que la supuesta “agencia” estaba cerrada y quien vendía los boletos era una chola con una mesa en la puerta de un baño público. Encima le pagamos y no nos dio ningún ticket o papel, teníamos que volver al otro día a las 5 de la mañana y si llegábamos tarde podíamos perder el asiento. Al final salió todo bien, y el ómnibus no arrancó hasta estar rebalsando de gente.

Huayna Potosí es hermoso, paramos en algún lugar dónde un boliviano nos dijo, atravesamos todo el pasillo del colectivo lleno de gente.  Cuando conseguimos bajar, vimos que había un refugio de escalada privado, una mujer de ahí nos dijo mas o menos como eran los caminos y nosotros empezamos andar. Todos extasiados por la belleza del paisaje que parecía como del Señor de los anillos con las nubes entre las montañas. En el camino conocimos la vizcacha y sus baños públicos. Más impresionante fue ver que mucho más arriba en la montaña, se veía un punto que era una chola con su carga en la espalda, mirándonos, y después siguió subiendo.


 El camino se ponía cada vez más frío y con menos aire, hasta que llegamos a un glaciar. NIEVE!!! Maravilloso. Encima teníamos un matecito para calentarnos, jajaja.

                                                                           

                                                                                                                                                       

Al bajar lo hicimos por otro camino que descubrimos que ese era el oficial y al final del camino se veía un refugio público, nos encontramos con un grupo que bajaba con guía y descubrimos que es un lugar de escalada, con refugios llenos de gringos europeos que llegan con tours pagos y están tres días; en el primero suben un poco  para practicar,  al segundo día a la noche ya suben hasta al pico y bajan en el tercer día agotadísimos y felices.

Nosotros nos conformamos con nuestra agencia de viaje “aventura autónoma.com”