Todas estas vueltas que dimos fue como un peaje que nos cobraron para poder llegar al hermoso departamento de Claudia, en un barrio que no se parece en nada con lo que habíamos visto hasta ese momento de Bolivia. Es uno de los barrios más chetos, así que es como en cualquier otro país, negocios, plaza, edificios, todo ordenadito, bonito y caro.
Nos recibieron con un cuarto solo para nosotros y nos hicieron sentir muy bien, para nosotros fue como un premio después de una laaarga carrera contra los imprevistos.
Claudia edita videos y los crea, hace documentales relacionados con cuestiones sociales y ecológicas. Pero por sobre todas las cosas se ríe mucho, es muy colorida, canta, improvisa y se compromete con lo que hace. Vive con dos de sus tres hijos, Andre y Tien que nos trataron re bien y siempre nos abrieron las puertas como si ya nos conocieran.
En el departamento se respira arte, hay muchos cuadros pintados por la hermana de Clau, las paredes coloridas, un estudio de música del hijo, por lo tanto varios instrumentos dando vueltas y siempre hay gente llegando y saliendo, para visitar, producir, festejar.
Y entre toda esa gente uno de los que vino fue Fuzuê, familia de floripa, junto con Saulo , un nuevo amigo mendozino que lo conoció viajando. Fue como en los sueños que se mezclan los lugares y la gente. Nos comunicamos por mail y nos encontramos en el departamento de Clau.
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